02 Sep
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La Ley y la Promesa es un compromiso voluntario personal con un conjunto de valores compartidos, es la base de todo lo que un Scout hace y un Scout quiere ser. La Promesa y la Ley son fundamentales para el proceso de aprendizaje de los jóvenes entre 11 y 16 años, donde el hacer la promesa es el primer paso en el proceso de la autoeducación, y donde se intensifica la aventura de Construir un Mundo Mejor. 

La Promesa Scout es un compromiso personal que también sirve para unificar a los miembros del Movimiento a nivel mundial, al hacer la Promesa Scout, el joven toma una decisión consciente y voluntaria de aceptar la Ley Scout y asumir la responsabilidad de esa decisión a través del esfuerzo personal ("haciendo lo mejor"). El hecho de hacer la Promesa frente a sus pares, compañeros y amigos no sólo hace público el compromiso personal, sino que también simboliza un compromiso social con los demás del grupo, lo que es aún más significativo es que en todo el mundo, otros jóvenes están haciendo una promesa similar al mismo tiempo que él, esto es un poderoso recordatorio para un joven de la unidad y el alcance del Movimiento Scout.

Por mi honor y con la gracia de Dios me obligo a servir lo mejor que pueda a mi iglesia, a mi patria y ayudar a mi prójimo en cualquier circunstancia y cumplir la Ley Scout.

La Ley Scout es un código de vida, que plantea un marco ético para cada Scout individual y para los miembros de la unidad colectivamente, basado en los principios del Movimiento Scout (Deberes para con Dios, Deberes para consigo mismo y deberes para con los demás), donde a través de la experiencia práctica de este código de vida aplicado a la vida cotidiana, proporciona una manera concreta y práctica para que los jóvenes comprendan los valores universales que el Movimiento Scout propone como base de su vida. Es una declaración resonante que nos ayuda a lo largo del viaje de la planificación, hacer y revisar las aventuras dentro del programa y actividades.

El Scout Cifra su honor en merecer confianza, es leal, es servicial, es amigo de todos y hermano de cualquier otro Scout, es cortés, ve en la naturaleza la obra de Dios la cuida y la protege, obedece a conciencia es trabajador y perseverante, sonríe y canta en sus dificultades, es ahorrativo cuida y respeta el bien ajeno, es puro en pensamientos palabras y obras.

Ayuda a establecer un marco equilibrado y positivo de convivencia dentro de las actividades a desarrollarse en la aventura del camino hacia los bosques, o en el hogar, o en el colegio donde el joven se vincula y actúa desde el valor de ser digno de confianza, cortés, ecuánime y con una visión positiva y alegre de la vida ante sí mismo y los demás. Porque los jóvenes expresan de forma independiente su comprensión de la Promesa y Ley Scout, y pueden explicar una aplicación en sus vidas fuera del Escultismo y su aplicación en su vida diaria, sirviendo como un recordatorio de la responsabilidad de un joven hacia su Dios, ante sí mismo y hacia los demás.

“Un Scout no es un tonto. Piensa las cosas por sí mismo, viendo ambos lados de las situaciones, y tiene la entereza de mantenerse firme en su creencia de lo que es correcto”. Baden-Powell

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