28 Jul
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“Los Adultos facilitan y apoyan a los jóvenes para crear oportunidades de aprendizaje y a través de una cultura de asociación para convertir estas oportunidades en experiencias significativas” Revisión del Método Scout, 2017.

 El apoyo de adultos es vital dentro del Movimiento Scout y por ello es uno de los 8 elementos del método scout. Ofrece un intercambio de aprendizaje entre joven y adulto, en un clima de entusiasmo donde deja experiencias enriquecedoras.

El perfil del adulto que plantea la Asociación de Scouts de Venezuela (versión vigente) establece unos requerimientos mínimos para ser un adulto scout: de sexo masculino o femenino, debe ser responsable y cumplir con sus deberes y obligaciones, tener una ocupación, mayor de 18 años y tener una cantidad de cualidades y habilidades basadas en valores. Para ser adulto scout debemos partir por el precepto de querer hacerlo, debe gustarte trabajar en equipo y con jóvenes, estar ávido de conocimientos y tener espíritu de servicio.


El adulto dentro de la Manada.

Recordemos que la Manada es una sociedad, una familia feliz que está organizada por el adulto. El papel de este dentro de la manada es vital, marcada por el principio básico de entender que los niños o niñas vienen a cada actividad a jugar, y es importante que recordemos esto. Cada actividad, proyecto, plan o intención deberá tener un fin educativo, pero no como en una institución de educación formal, porque para ellos somos una sociedad diferente a la del colegio, así que todo lo que aprenden debe ser jugando. Ese ambiente lo crea el grupo de adultos y estos deben saber jugar con los niños o niñas y contribuir a su crecimiento y desarrollo. Debemos tener la capacidad de reconocer que somos adultos jugando con niños, pero entender que no somos niños, somos una especie de hermano mayor que protegemos, corregimos sin castigar, orientamos, brindamos confianza y educamos por medio del juego. Vamos a enumerar unas características, habilidades y actitudes que debe tener un adulto para trabajar en la manada

1) Conocer a los niños y saber jugar: esto debe ser de manera personal. Compartir con ellos dentro y fuera de la manada. Conocer los ambientes donde se desarrolla cada uno, cuáles son sus sueños y sus esperanzas, sus frustraciones, incomodidades o molestias. Ser ese hermano mayor que tiene la confianza del niño o niña para que estos le cuenten ese universo que tienen en su mente y saber jugar con cada uno de ellos con respeto y cariño. Es el regulador del juego, crea los ambientes ideales para que el juego se dé.

2) Responsabilidad y dedicación del tiempo: un hermano mayor siempre está disponible. Tiene actitud educativa y es responsable. Tenemos el compromiso de impulsar educativamente ese juego con los niños. El tiempo más que de cantidad también es de calidad. Debe ser maduro y tener madurez emocional, ser entusiasta, alegre y honesto. Saber escucharlos, paciente, delicado y respetuoso. Evitar la frustración y la sensación de fracaso delante de los niños y niñas. En fin, tener muy buena actitud.

3) Buen ejemplo: los adultos dentro del Movimiento Scout enseñamos con el ejemplo. Aquello que haces, será replicado por los jóvenes y mucho más por los niños y niñas de 7 a 11 años. A esa edad son muy observadores y van guardando en sus recuerdos lo que ven de sus hermanos mayores para repetir sus acciones. Tener coherencia entre lo que se dice y se hace. Ser inspiradores por nuestros actos.

4) Aprender siempre: la tendencia de aprender todo el tiempo porque contribuimos al desarrollo permanente, pertinente y constante, por ello nosotros nunca terminamos de aprender y es una cualidad que debemos tener todos los adultos en el movimiento scout y en la vida. Adquirir nuevos conocimientos, intercambiar experiencias y participar con otros adultos ayuda al enriquecimiento personal. La figura del Asesor Personal de Formación (APF) es importante, debe tener acompañamiento de este, muchas veces, de sus experiencias previas podemos comprender situaciones vividas.

5) Ser comunicativo y trabajar en equipo: saber comunicar con los niños y niñas como con los adultos, con los padres y representantes. Comunicar de manera correcta lo que sucede porque los niños y niñas nos observan. Tener capacidad de saber trabajar en equipo y sobre todo la disposición. Desarrollar el trabajo bajo una planificación en grupo y entender que no podemos atender una manada de 12, 18 o 24 niños, una sola persona. La distribución debe ser 6 niños o niñas por cada adulto, distribuir responsabilidades a todos los miembros del equipo de la manada, facilita la planificación y el trabajo en las actividades y optimiza procesos, comunicación y sobre todo poder atender las necesidades individuales de los niños y niñas. El trabajo en equipo facilita que podamos cumplir con las etapas de desarrollo y crecimiento de cada niño en su plan de progresión educativa.

Al tener claro esto, nuestro rol como adulto “facilitador” en la manada, podremos desarrollarlo a gusto, con una visión clara de lo que se quiere alcanzar y lograr con cada uno de los lobatos o lobeznas.


"Nuestro método de formación es educar desde dentro, en lugar de instruir desde fuera: ofrecer juegos y actividades que además resulten atractivos para el muchacho, lo eduquen seriamente en el aspecto moral, mental y físico." Robert Baden-Powell

 

Cfr. Documento 8 - Revisión del Método Scout 41ª Conferencia Scout Mundial - Azerbaiyán 2017

       https://scoutsvenezuela.org.ve/wp-content/uploads/2018/03/Perfiles-Grupo.pdf

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