El documento sobre el método scout (revisión 2017), establece que todo adulto scout debe cumplir con tres roles diferentes, ser educador: tiene que ser garante del proceso de autoeducación y que lo que experimenten los jóvenes tenga un impacto positivo en su desarrollo. Ser el apoyo en las actividades: debe encargarse de que cada oportunidad de aprendizaje sea llevada a cabo con éxito, debe delegar responsabilidades en aquellos que tengan las habilidades que él no posea y asegurarse de que los jóvenes obtengan ese apoyo técnico y la experiencia necesaria. Ser el facilitador de grupo: el Movimiento Scout se basa en una asociación voluntaria entre jóvenes y adultos así que este tiene que reforzar las relaciones positivas y enriquecedoras para todos, en un ambiente atractivo que genere el crecimiento continuo de todo el grupo.
El adulto en la Rama Tropa (recordemos, jóvenes de 11 a 16 años) debe ser alegre, vivaz, optimista, resiliente, de gusto por la naturaleza y de las actividades al aire libre. Sus características de personalidad deben ir acompañadas por la coherencia entre lo que se dice y se hace, guiando a los jóvenes desde el ejemplo, esto ayuda a que ellos copien patrones de conducta orientados a los valores profesados en la Ley y la Promesa Scout, de una manera mucho más rápida y consumible por los adolescentes que están bajo sus filas. Debe ser una persona metódica y organizada, disciplinada, culta y físicamente activa.
Debe ser capaz de poder vivir la aventura como un mentor que inspira en cada patrulla el interés y la chispa por asumir nuevos territorios por explorar, nuevas habilidades por adquirir desde la práctica y la idea de compartir en equipo como un todo, donde todos están preparados para solventar una tarea, un problema o ayudar a otros.
“Tiene que hacer las veces de hermano mayor, esto es, considerar las cosas desde el punto de vista del muchacho, aconsejarlo, y guiarlo por el buen sendero, transmitiéndole entusiasmo. Como un verdadero hermano mayor, debe apreciar el valor de las tradiciones de su familia y procurar que las conserve, aun cuando para ello necesite emplear mucha firmeza. Eso es todo. El Movimiento es una confraternidad de alegría, tanto más jovial cuanto que en el juego del Escultismo se hace una gran obra para los demás: combatir el engendro del egoísmo. ”Baden-Powell, Guía para el Jefe de Tropa.
Debe ser un hacedor y gestor de equipos, enseñando a liderar desde el servicio a los demás (Liderazgo Servicial), y el sentido de la disciplina y demostrar responsabilidad en el cumplimiento del deber asignado dentro de la patrulla. Un adulto nunca debe dejar de aprender, obtener conocimientos que genere un enquecimiento propio y que además pueda llevarlo a los jóvenes. Formarse y apoyarse en el Asesor Personal de Formación en cuanta duda surja. La formación del clima educativo del adulto Scout en la Tropa, habilita una atmósfera de autoaprendizaje, inculcando patrones de valores, aprendizajes ágiles y de base empírica generando experiencias de vida que le permitan al joven aprender que es responsable de su formación y de estar siempre listo para todo.
Es fácil dejarse llevar por la vitalidad de los jóvenes al compartir experiencias y aventuras al aire libre. Los adultos en la Tropa de Scouts pueden querer optar por el atajo de convertirse en “amigo” de los jóvenes más prontamente, relajando la disciplina y queriendo ganar influencia rápida sobre los muchachos o muchachas, tomando el rol prematuro de “uno más” de la Tropa, en detrimento de otros aspectos educativos y de formación. Siempre debe tener en cuenta que su papel, es el de un formador, el mentor que ayuda al héroe a completar su aventura épica. Esto no quiere decir que no pueda ser cercano a los jóvenes, todo lo contrario, pero nunca olvidar que su deber y responsabilidad está en la conducción, guía, apoyo y acompañamiento de cada uno de los jóvenes de la unidad.
“El jefe de tropa guía al niño en el espíritu de un hermano mayor… Él simplemente tiene que ser un hombre-niño, lo que es: 1- Debe tener el espíritu de un muchacho, y debe ser capaz de ponerse de su lado. 2- Debe darse cuenta de las necesidades, perspectivas y deseos de las diferentes edades de la vida del muchacho. 3- Debe tratar con el niño individual en lugar de con la masa. 4- A continuación, hay que promover el espíritu emprendedor entre los individuos para obtener los mejores resultados.” Baden-Powell, Guía para el Jefe de Tropa